Escuchar

No hay motivo para el desánimo. El trabajo en el Señor no es en vano y dará fruto a su tiempo. La cosecha del que siembra la Palabra no será escasa, sino muy abundante aunque ahora mismo no podamos verla. Cuando el fruto falta, no es culpa del sembrador ni de la semilla. El problema no se encuentra ni en el sembrador ni en la semilla, sino en otro lugar. El camino hacia una mayor cosecha no pasa por adaptar el Evangelio. (Marcos 4:1-25)