¿Quién es este, que aun el mar y el viento le obedecen? Fue la pregunta que se hicieron los discípulos que iban esa noche en la barca. Seguramente cuando entraron en ella, después de un día que había sido agotador, ellos pensaron que la jornada estaba terminando y que ya solo quedaba descansar. Pero el día tenía una sorpresa indescriptible para ellos. Y es que Dios actúa en nuestras vidas en los momentos más inesperados.Marcos 4:35-41.
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