Las riquezas son una bendición de Dios. Son un recurso para amar a Dios y mostrar también nuestro amor por los demás, pero son pasajeras. Las riquezas no son malas en sí mismas, pero pueden fácilmente convertirse en nuestro dios. Una vez más el libro de Proverbios nos dirige en el camino recto y nos enseña a vivir sabiamente. Proverbios 11:28
16 – NO PONGAS EL CORAZÓN EN LAS RIQUEZAS
Antonio Espino Escuchar