Los dos primeros versículos de este pasaje son, cuando menos, enigmáticos. El Espíritu Santo prohíbe a Pablo y a sus acompañantes que prediquen en varios lugares, y los va guiando hacia otros lugares. Parece como si las puertas se cerraran a la predicación del Evangelio, pero cuando Dios cierra una puerta, abre otra en el momento y lugar que menos podríamos esperar. ¿Te sientes confuso y un tanto frustrado? Él puede, Él sabe. Hechos 15:1-21.
Escuchar