En el pasaje de hoy nuevamente traen un enfermo a Jesús para que lo sane. Y otra vez le dicen a Jesús la forma en la que tiene que hacer el milagro. Pero una vez más Jesús usa su propio método para realizar el prodigio. Es un gran acierto pedir socorro a Jesús, pero es un tremendo error decirle al Señor la forma en la que tiene que hacerlo. Afortunadamente Jesús no depende de nosotros para hacer lo que Él quiere hacer. Marcos 8:22-26.
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