Todos recordamos con entrañable añoranza aquel primer tiempo cuando conocimos al Señor y pudimos sentir por primera vez nuestros pecados perdonados. El amor y la gratitud llenaban nuestra existencia de un gozo y una satisfacción rebosantes que se reflejaban no solo en nuestros actos y palabras, sino incluso en el brillo de nuestros ojos. Jesús le dice a su Iglesia: «Vuelve a aquel primer amor». Apocalipsis 2:1-7.
Escuchar