Después de las continuas preguntas de los enemigos de Jesús, después de que Él les ha respondido, después de que todos ellos han enmudecido, es Jesús quien formula una pregunta. Una cuestión que va al meollo de la fe, una pregunta sencilla pero fundamental. ¿Cuál es tu respuesta a la pregunta de Jesús? Mc. 12:35-40.