Nos adentramos hoy en un pasaje en el que se repite hasta en cuatro ocasiones la expresión «era necesario». ¿Por qué era necesario que ocurriese así? Y más importante aún, ¿para qué era necesario? La resurrección de Jesucristo nos asegura nuestra justificación, un nuevo nacimiento y un nuevo cuerpo de resurrección. Lucas 24:1-7, 25-26, 44-47.
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