LA ESPERANZA DE GLORIA

Entramos hoy a estudiar la obra de Cristo en el creyente. ¿Qué ha hecho Cristo a favor de la Iglesia? ¿Para qué nos salvó? En último término, ¿qué ha hecho Cristo al morir por nosotros? ¿Qué nos espera? La Biblia enseña que hay distintos grados de gloria. El hombre es la cima de la creación, pero aun así los ángeles son mayores en gloria. ¿Por qué Cristo rescató a un ser inferior en gloria? En la salvación somos unidos a Él, el más exaltado de todo. Cristo nos rescató para compartir con nosotros su gloria, nos unió a Él y nos llevó a la gloria con Él.
Colosenses 1:24-29

UNA SOLUCIÓN RADICAL PARA UN PROBLEMA RADICAL

El problema de la maldad aparece a lo largo de toda la historia de la humanidad. Intentamos atajarlo o minimizar sus efectos negativos por distintos medios, filosofías y religiones, pero su influjo pernicioso continúa actuando en nosotros y en nuestro alrededor. Los médicos estudian con cuidado los síntomas que les llevan hasta el diagnóstico de la patología correcta para que sus pacientes alcancen la sanidad tan deseada. ¿Pero quién puede diagnosticar el mal que aqueja nuestra alma? Y más importante aun, ¿qué médico es aquel que puede sanar y traer vida al espíritu humano enfermo? Efesios 2:1-7

LÁZARO, UN SIEVO FIEL

La historia del rico y Lázaro encierra una gran cantidad de enseñanza acerca de Dios y de su Reino. En ella Jesús nos presenta dos situaciones extremas con las que quiere captar nuestra atención y hacernos reflexionar acerca de esta vida y la vida después de la muerte. Tanto lo que creemos como lo que vivimos en consecuencia a esa fe tienen repercusiones eternas y deberíamos estar muy atentos tanto a una como a la otra. Lucas 16:19-31.

ENTRE DOS TIERRAS

Moisés dirige el mensaje de este capítulo a los que nacieron en el desierto después de que el pueblo saliera de Egipto. Eran los que iban a entrar en Canaán, los menores de 40 años. El mensaje encierra varias verdades fundamentales para ellos y para nosotros también hoy en día. La larga travesía por el desierto tuvo su razón de ser. Deuteronomio 5:1.

VELEMOS Y SEAMOS SOBRIOS

En los primeros días de la Iglesia ya hubo muchas enseñanzas falsas que confundían la fe de algunos. Pablo escribe esta carta precisamente para atajar esas falsas doctrinas que comenzaban a circular por las iglesias. El mensaje se había comenzado a espiritualizar y amenazaba con acabar destruyendo la fe una vez dada. Algunos empezaron a afirmar que Jesús no había resucitado físicamente, sino que había sido una resurrección «espiritual» y que Jesús en realidad solo seguía vivo en la mente de los creyentes. Pero desgraciadamente hoy en día también hay algunos «cristianos» que enseñan una fe espiritualizada y «actualizada» despojando así al Cristianismo de la esperanza de la vida de resurrección. 1 Tes. 4:13-5:11.