EL TESTIMONIO DE JUAN EL BAUTISTA

En el mensaje anterior estuvimos considerando el carácter de Juan el Bautista, de manera que concluimos que fue un gran hombre, desde la perspectiva de Dios. Hoy nos centraremos en el mensaje y el testimonio que Juan dio acerca de Jesús de Nazaret. Las verdades que encierran lo que Juan anunció sobre Jesús son imprescindibles para la fe cristiana. Juan proclamó que el que venía tras él nos bautizaría con el Espíritu Santo, que era el Hijo de Dios y que también era el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Juan nos informa que aunque él no conocía quién era el Mesías, sí había recibido de Dios unas señales que nos mostrarían de manera inequívoca quien era aquel a quien la humanidad estaba esperando desde la caída en Edén. Juan 1:1-37.

JESÚS DE NAZARET: LA MISIÓN DEL MESÍAS

Con toda seguridad el mensaje central de toda la Biblia es la salvación que Dios ha provisto para nosotros, pecadores, a través del sacrificio de Jesús, el Mesías anunciado por los profetas. Lucas nos lleva al momento exacto en que Jesús estuvo en el pueblo donde se crió y anunció que la profecía de Isaías se había cumplido. En su lectura en la sinagoga aquel sábado Jesús, usando el capítulo 61 de Isaías, les anuncia a sus familiares, conocidos y vecinos que en Él se había cumplido esa profecía anunciada cientos de años antes por los profetas. En los primeros versículos de esta profecía se encuentra el corazón del mensaje anunciado por Jesús. Lucas 4:16-21.

SOMOS LUZ ¡ALUMBREMOS!

Hoy estudiamos un pasaje de las Escrituras muy conocido. Se trata de la introducción al famoso Sermón del monte. En él se describen cómo son los ciudadanos del Reino de Dios y lo que se espera de ellos. Descubriremos las ocho características que adornan a estos embajadores del Reino. Y haremos un especial énfasis en el llamado que Jesús nos hace en esta porción de su Palabra a cada ciudadano de ese Reino. Mateo 5:11-16.

SABER ESTAR

En este pasaje de las Escrituras el apóstol Pablo nos deja entrever tres deseos para saber estar en sintonía con Dios dondequiera que nos encontremos. Sea cual sea la situación que estemos viviendo porque el Evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Pablo desea ardientemente visitar a los hermanos en Roma para enriquecerlos en la fe y a la vez, para ser él también enriquecido por la fe de ellos. El anhelo de Pablo, y el nuestro también debería ser, es el presentar a Dios unas manos llenas de fruto para su gloria.
Romanos 1:8-13

VISIÓN QUE CAPACITA PARA LA MISIÓN

Pedro, al igual que la multitud, era un oyente cautivado por la predicación de Jesús. Él, con toda probabilidad, estaba sentado en la barca escuchando la Palabra de Dios que salía de los labios de Jesús. Dice en Romanos 10:17: “que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios». Así que, al oír la Palabra de Dios, por esa palabra, Dios produce en nosotros fe para creer en Jesucristo. En breve Pedro tendría que ejercer fe y Jesús, mediante su enseñanza, lo estaba preparando. Tras el mensaje Jesús le pide a Pedro que vuelva a intentar una nueva pesca. Pedro obedece en fe a la palabra dada por Jesús. Pero la clave de todo esto es que Pedro no va a obedecer en base a la lógica, sino en base a la fe. Esta obediencia contra toda lógica es la obediencia de la fe.
Lucas 5:4-5

IDENTIDAD | ¿QUIÉN ERES?

¿Quién eres tú? Si no eres capaz de responder a esta pregunta es seguramente porque estás muerto. En este mundo de hoy en día, cada vez la gente está más confundida respecto a su propia identidad. Como hijos de Dios debemos tener muy claro quienes somos en el Señor. Por nuestro acento se nos identifica rápidamente de dónde somos. La identidad son esos rasgos, esas características que te identifican y te hacen diferente a los demás. ¿Cómo sabemos lo que somos? Hoy desvelaremos algunas mentiras que hemos creído respecto a nuestra identidad.
Mateo 3:13-15

LA VIDA PIADOSA EN UNA INSTANTÁNEA

En las pocas palabras que contiene el versículo que hoy analizamos se recoge la esencia de la vida cristiana auténtica. Son las palabras finales de lo que se conoce como la oración del Señor o el Padrenuestro. Un genuino cristiano es alguien que con sinceridad puede dirigirse a Dios en estos términos. Nos proponemos hoy hacer dos cosas. 1) Una autopsia del pecado, una disección, investigar cuál es la naturaleza del pecado. 2) Una radiografía de la verdadera conversión.
Mateo 6:13

LAS PARÁBOLAS Y EL MISTERIO DEL REINO 11 | Amor audaz

Analizamos en esta ocasión la parábola de los talentos. Con ella aprendemos que la vida mientras el Señor viene no solo es espera, sino que requiere también un trabajo diligente. No es una espera estática sino activa. ¿Qué debemos hacer mientras esperamos? Descubriremos siete verdades acerca de los tres siervos que protagonizan esta parábola y que tienen el potencial de darle un giro a nuestra vida, de reorientarnos, de cambiarnos por completo.
Mateo 25:14-30

LAS PARÁBOLAS Y EL MISTERIO DEL REINO 9 | Projimidad

Hoy nos acercamos a una de las parábolas más conocidas de cuantas Jesús contó. Por eso mismo podemos pensar que esta ya la sabemos y dejar de prestar atención a la misma. Pero no te precipites, la Palabra de Dios tiene profundidades tanto de interpretación como de aplicación que nos sorprenden, los confrontan y nos humillan una y otra vez. Y eso no es malo, todo lo contrario, nos ayuda a tener una perspectiva bíblica de nosotros mismos y de aquellos que nos rodean. ¿Y qué es la «projimidad»? ¿De dónde ha salido esa palabra? Descúbrelo hoy con nosotros.
Lucas 10:25-37

EL ESPÍRITU Y LA ESPOSA DICEN: ¡VEN!

La Escritura da un testimonio amplísimo y contundente sobre la veracidad de la segunda venida de Cristo a la tierra. Se nos anunció que Dios mismo vendría en la forma de un niño, y así fue. Se nos anunció que moriría entre malhechores, y así fue. Se nos anunció que al tercer día se levantaría de la muerte, y así fue. Sin ninguna duda, esta otra profecía también se cumplirá fielmente en su momento oportuno. Este hecho será a la vez un día de gran júbilo y de una felicidad inquebrantable y desbordante para unos. Pero para otros será un día terrible lleno de horror y sufrimientos sin fin. Mientras ese día llega, tanto la Iglesia como el Espíritu dicen incansablemente: ¡Ven! Apocalipsis 22:17-20.