LAS PARÁBOLAS Y EL MISTERIO DEL REINO 12 | Trigo y cizaña

El Reino de los cielos no es un accidente, es la expresión de un Dios lleno de amor que sale de sí mismo para compartir su alegría. El Reino de los cielos es la obra sobrenatural del Hijo de Dios que llegado el tiempo se hizo un hombre, para levantar una cosecha, un linaje, una nación al Padre, una novia para sí, un templo para el Espíritu, una Iglesia gloriosa sin mancha ni arruga. El Reino de los cielos es el sueño palpitante de Dios, es un campo que Él mismo ha sembrado y que Él mismo alimenta con el sol de sus cuidados, de su providencia y que Él mismo impulsa con el fuego inextinguible de sus deseos. En la parábola los siervos de este sembrador vienen a él y le preguntan: ¿No sembraste trigo? ¿Por qué hay cizaña? ¿De dónde sale la cizaña? Mateo 13:24-26.

LA ESPERANZA DE NUESTRA HERENCIA

29En medio de la adversidad, las pruebas y la enfermedad es fácil que bajemos la mirada de nuestro Señor a las circunstancias, a lo que nos rodea y así perdamos la perspectiva divina y desesperemos. Pedro escribe su primera carta a una iglesia que está siendo perseguida a causa de su fe. Han tenido que salir de su país, de su tierra (son expatriados) y están dispersos por diferentes lugares. Pueden ser extraños en este mundo, pueden ser rechazados, perseguidos y expatriados, pero hay un lugar al que pertenecen, y hay un mundo en el que encajan. Además hay una herencia que recibirán y en ella estará todo lo que Dios les ha prometido y provisto en Cristo. ¿Cuál es esa herencia? ¿Cuál fue el motivo por el cual Dios los salvó? ¿Por qué les dio esa herencia?
1 Pedro 1:3-5

TODAS LAS COSAS NOS AYUDAN PARA BIEN

El texto que hoy analizamos es muy conocido y muy utilizado en todo el mundo evangélico. Pero, ¿conocemos y vivimos todo lo que el mismo significa? En él se encuentra insertada una de las mayores promesas de la Palabra de Dios para su pueblo. Una que puede librarnos y revolucionar nuestra vida para los días que están en el porvenir. Hay una verdad muy clara en las Escrituras y es esta: nadie puede frustrar los planes del Señor: “Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.” (Sal. 135:6). Dios está usando su poder y su sabiduría para que todo lo que sucede obre para el bien de su pueblo escogido.
Romanos 8:28.

BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN EN TI SUS FUERZAS

Continuamos analizando las bienaventuranzas que aparecen en el Salmo 84, hoy en los versículos 5 al 7. La imagen que se nos presenta aquí es la de los peregrinos que van hacia Sion, el lugar de la morada de Dios. La Palabra inspirada nos habla del hecho de que los que han nacido de nuevo, los que le aman, los que esperan su venida somos extranjeros y peregrinos en esta tierra hasta que alcanzamos nuestra patria definitiva. Por eso, no anclamos nuestras esperanzas definitivas aquí, porque buscamos la Ciudad de Dios. Salmo 84:5-7.

LAS PARÁBOLAS Y EL MISTERIO DEL REINO 5 | Imprudencia fatal

Jesús destaca en esta parábola uno de los rasgos distintivos del Reino de los cielos: la vigilancia espiritual. Desde que nuestros padres, Adán y Eva, pecaron vivimos en la noche oscura, y el creyente es un centinela que espera al alba. “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” En este versículo hay dos verdades fundamentales y un mandamiento que debemos cumplir. Descubre hoy con nosotros cuáles son y cómo debemos aplicarlas en nuestro diario caminar. Mateo 25:1-13

BRILLANDO EN LA NOCHE DEL MUNDO 13 | EL GRAN JUBILEO

El pasaje del profeta Daniel que pasamos a considerar hoy tiene una parte un poco complicada que ha dado origen a distintas interpretaciones. Pero el mensaje esencial del mismo es bastante claro para cualquiera que se acerque a las Escrituras con un espíritu de oración y en obediencia. El ángel Gabriel es enviado hasta Daniel para revelarle lo que Dios ha determinado hacer y darle así conocimiento y sabiduría. Dios tiene a Daniel en alta estima y por eso le revela sus planes futuros, pero no solo del futuro inmediato de Jerusalén y del pueblo de Dios, sino el futuro más remoto cuando llegará la restauración total y llegue la justicia perdurable de manos del Mesías. Daniel no podía ni imaginar en el más delirante de sus sueños lo que el Señor estaba a punto de revelarle. Daniel 9:1-4; 18-27.