SÍGUEME

Este es el quinto mensaje de la serie «Vida en su Nombre» basado en el Evangelio de Juan. Hoy el Señor le pregunta a algunos de sus discípulos, «¿qué buscáis?» y también nos lo pregunta a cada uno de nosotros. En el texto de hoy veremos que Jesús nos recibe, nos transforma, nos exige y a la vez se nos da durante todo este proceso. Juan 1:35-51.

VI AL SEÑOR

El ser humano a lo largo de toda su historia ha tenido muchos dioses, ídolos imaginarios hechos conforme a sus propios deseos carnales. Pero todos esos ídolos lo único que hacen es esclavizarnos mientras pretenden hacernos libres. Y nosotros, los creyentes, no estamos libres de caer en este mismo error fatal. Cuando apartamos nuestra mirada del Dios único y verdadero, tendemos a ensimismarnos mirándonos a nosotros mismos buscando la felicidad y el propósito que le den un sentido a nuestra existencia. Isaías tuvo una visión de Dios y nos la relata en el pasaje de hoy. Él vio un trono alto y sublime rodeado de toda la gloria de Dios. Y aunque es cierto que no podemos, por nuestra propia incapacidad y finitud, conocer completamente a Dios, sí que podemos conocerle verdaderamente. Isaías 6:1-8.

LAS EXCELENCIAS DEL HIJO

Los cuatro primeros versículos de la Carta a los Hebreos son un breve compendio de todas las verdades que van a ir siendo expuestas posteriormente en la misma. El ser humano ha intentado a lo largo de toda la Historia conectar con la Divinidad. Todas la religiones que existen y todas las que ya se han extinguido trataban precisamente de comunicarse con ese Otro superior que el ser humano intuye que está más allá, pero que actúa aquí, entre nosotros. Pero la grandeza de nuestro texto está en que ha sido ese Dios lejano que intuíamos desde el principio, quien se nos ha acercado y nos ha hablado. Y lo ha hecho muchas veces y de muchas maneras distintas a través de los profetas. Y finalmente Él mismo se nos acercó lo más cerca que se podía estar, al tomar cuerpo humano y venir en la forma de un hombre, como uno de  nosotros.
Hebreos 1:1-4

BRILLANDO EN LA NOCHE DEL MUNDO 15

Hoy llegamos al final de esta serie de mensajes basados en el libro del profeta Daniel. En este capítulo 10 Daniel tiene una visión junto al río Hidekel (hoy en día conocido como Tigris). En esta visión Daniel contempla a “un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.” Ante esta visión el profeta se queda sin fuerzas y cae con el rostro en el suelo. ¿Quién es este varón ante el cual Daniel desfallece? ¿Qué mensaje le trae al profeta y cómo nos afecta a nosotros tal mensaje hoy en día? Hoy descubriremos las respuestas a estas dos preguntas y a muchas más en este último mensaje de la serie.
Daniel 10:1-21.