PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS

Serie de mensajes basados en el capítulo 12 de la carta a los Hebreos por el pastor Aitor Vergara durante el Retiro anual de la Iglesia Evangélica Bautista de Córdoba, España. 28 y 29 de mayo 2023.

VIDA EN SU NOMBRE 1

Comenzamos hoy una nueva serie de mensajes basados en el Evangelio de Juan. El “discípulo amado” escribió habiendo sido inspirado o impulsado por Dios. Juan tiene el propósito de que sus lectores tengan vida, pero detrás de él está Dios que quiere que creas y que disfrutes de la experiencia que llamamos vida. Juan no se está refiriendo a la vida física, sino a la espiritual, la vida del alma, a la vida auténtica y plena. Pero, ¿qué es la vida? ¿En qué consiste esa vida verdadera? Acompáñanos en este apasionante viaje a lo largo del cuarto evangelio. Las joyas que nos esperan en él harán que esa vida plena de la que Juan habla comience a surgir y a abundar en lo más profundo de nuestro ser. Juan 20:30-31.

EL AMOR DE DIOS QUE ES EN CRISTO

La sublime doctrina del amor de Dios es muy posiblemente la más conocida de la fe cristiana y a la vez, la más mal entendida e interpretada. Se suele decir que «Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador», sin embargo, esta expresión no es del todo correcta bíblicamente hablando. Abundan en la Palabra Santa los pasajes en los que Dios aparece santamente indignado, no sólo con la maldad humana, sino con los pecadores que practican esa maldad. Precisamente porque Dios es amor, no puede tolerar ningún tipo de pecado. ¿Cómo escapar entonces de un Dios justo y santo? ¿Hay algún refugio al que huir de la justa ira del Señor? Romanos 8:38-39.

MILAGROS Y EL EVANGELIO DEL REINO

Los cristianos vivimos en una tensión constante entre el “ya” y el “todavía no”. Desde la venida de Jesús a la tierra como el Mesías anunciado durante siglos por los profetas, el Reino de Dios está entre nosotros, ya ha llegado, pero aun actúa de manera oculta, misteriosa, no aparente, aunque muy real, como la levadura actúa dentro de la masa. Las maravillas, prodigios y señales que ocurrieron durante la vida de Jesús, son el sello de autenticidad de que su palabra tenía la autoridad divina. Lo mismo podemos decir de los milagros que fueron realizados a través de los apóstoles y de algunos otros discípulos de Jesús que no pertenecían al círculo más íntimo del Maestro, como es el caso que hoy estudiamos. Pero la cuestión que se nos plantea es ¿Sigue Dios actuando hoy en día con ese despliegue de poder y de autoridad con el que actuó durante el nacimiento de la Iglesia? Hechos 8:4-12.

LA CONTIENDA POR LA FE 4

Cuando una iglesia no combate con ardor por la pureza de la doctrina y por la pureza de su testimonio, en muy poco tiempo esa iglesia habrá perdido por completo su capacidad de ser sal y luz, y por lo tanto, habrá dejado de ser una auténtica iglesia en el sentido bíblico de la misma. Siempre tenemos y tendremos la necesidad de estar combatiendo por la pureza de la fe. Judas hace referencia al final del texto que estudiamos a tres grupos de personas en la iglesia. Hoy veremos cómo debemos relacionarnos con estos tres grupos de individuos. ¿Es la duda pecado? ¿Cómo debemos tratar con aquellos que ya han sido contaminados con falsas doctrinas? ¿Y con los contumaces que se han apartado de la pureza del Evangelio y están contaminando también a otros? ¿Está el amor reñido con la disciplina?
Judas 1:17-23

LA CONTIENDA POR LA FE 3

En este tercer mensaje de esta serie hoy analizaremos la tercera exhortación que nos hace Judas en nuestra batalla por la fe. La esperanza, de la que se nos habla aquí, es esa virtud sobrenatural que el Espíritu Santo implanta en el corazón por la cual el cristiano aguarda todo lo bueno de la promesa que todavía no ha recibido en plenitud. La esperanza cristiana no es el simple deseo de que algo bueno suceda, no es pensar en algo positivo. La esperanza está preñada de certeza, es la fe mirando por la ventana con anhelo, con confianza, con una paciencia firme. La vida cristiana está configurada para ser vivida en la espera del día en que nuestro Señor nos conceda, en su misericordia, la plena posesión de las bendiciones que Dios ha preparado para los que aman.
Judas 1:3-4; 17-23

EL HIJO-DESCANSO

Lamec, el padre de Noé profetizó que su hijo traería descanso al mundo de su tiempo que estaba lleno de violencia, injusticia y toda impiedad. Y Dios ciertamente trajo descanso a la tierra erradicando todo mal de ella en los tiempos de Noé. Pero él no sería quien traería el auténtico, definitivo y real descanso a este mundo que vuelve a estar lleno de violencia, injusticia y toda impiedad. Hay Otro, que trae y traerá el descanso total y definitivo que erradicará todo lo malo, todo lo injusto, todo lo que desagrada a Dios. Hay un único Hijo que será Consuelo y Descanso para millones de almas cansadas y trabajadas. Génesis 5:28-32.

LA CONTIENDA POR LA FE 2

Judas nos llama en esta carta a ser amorosamente intolerantes con todo aquello que atente contra la verdad del Evangelio. Hoy entraremos a considerar dos exhortaciones que se nos hace en esta carta en nuestra lucha por la fe. Por un lado a recordar las advertencias que ya hemos recibido de que habría falsos maestros que saldrían de nosotros mismos. Y por otro lado a custodiar la verdadera fe en nuestra propia alma edificándola y orando en el Espíritu Santo. Judas 1:3-4, 17-23.

LA CONTIENDA POR LA FE 1

Los absolutos están mal vistos en nuestro mundo actual. El dogmatismo tiene mala prensa y si alguien te tilda de fanático ya estás estigmatizado para siempre a ojos de esa persona. Sin embargo, la fe cristiana histórica es dogmática porque lo que creemos y vivimos es la Verdad (con mayúscula) que nos ha sido entregada por Dios mismo y, por lo tanto, es intolerante ante el error y la falsedad. Dios llama hoy a su Iglesia a ser santamente intolerantes y a combatir ardientemente por la fe que nos fue dada. Judas 1:1-4.

SABER ESTAR

En este pasaje de las Escrituras el apóstol Pablo nos deja entrever tres deseos para saber estar en sintonía con Dios dondequiera que nos encontremos. Sea cual sea la situación que estemos viviendo porque el Evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Pablo desea ardientemente visitar a los hermanos en Roma para enriquecerlos en la fe y a la vez, para ser él también enriquecido por la fe de ellos. El anhelo de Pablo, y el nuestro también debería ser, es el presentar a Dios unas manos llenas de fruto para su gloria.
Romanos 1:8-13